sabato, agosto 01, 2009

Calor

Asfixiado por el calor africano que estos días asola la ciudad contemplé mi cuerpo semidesnudo indolentemente abandonado sobre el parquet de casa. Las gotas de sudor resbalaban una tras otras y mis ojos mortecinos observaban sin expresión el inhumano caos que, como cada mañana, Umbrello había desatado en el comedor. El muchachito danzaba cual enloquecido indígena sobre los restos de lo que algún día fueron caros juguetes y daba vueltas a mi alrededor profiriendo gritos incomprensibles y sonrisas maléficas. Me acordé de Conrad, de su inolvidable señor Kurz y no pude por menos que susurrar, antes de cerrar los ojos por una última vez:

-El horror, el horror.

Pero no. Cuando desperté, Umbrello seguía ahí.

5 Comments:

Anonymous Anonimo said...

No te quejes: al menos dormiste una siesta, aunque fuera mínima. Nenna tiene miedo pánico al sueño, propio y ajeno, y en cuanto nos ve la mirada turbia, justo antes de cerrar los ojos, se nos tira encima gritando algo así como "vade retro Morfeus!" (Y una cría de cuatro años gritando en latín acojona, créeme)

7:25 AM  
Blogger Miroslav Panciutti said...

También en Barna es tan agobiante ... Y yo que mañana vuelo allí para intentar escapar del calor (porque el de aquí sí que es, de verdad, africano). En fin (El horror, el horror, sí)

11:06 AM  
Blogger ossip said...

El verdadero corazón de las tinieblas te espera más adelante, cuando Umbrello empiece a pedirte otro tipo de caros juguetes...

12:05 AM  
Blogger RaT said...

comparto la primera parte.. ojos mortecinos y gotas de sudor evaporandose sobre el parquet... a este ritmo no creo que llegue más allà de diez dias. Suerte que luego correré hacia el fresco.

El blog muy bonito. Me abono!

12:32 PM  
Blogger miriam said...

Atención.
Parece que Umbrello va a tener refuerzos...

12:12 AM  

Posta un commento

<< Home