venerdì, settembre 07, 2012

Cena con un viejo amigo

Recibimos en casa a un viejo amigo al que llevaba años sin ver y con él pasamos una larga velada con vino, cerveza, dulces y croquetas y anécdotas de un pasado tan pasado que, al contarlas u oírlas, me parecían nuevas, quizá hasta inventadas. Tras despedirnos ya de madrugada vi con desagrado el desorden que nos aguardaría hasta la mañana siguiente: las copas a medio vaciar, los vasos, los platos; los restos de la cena. Tuve la certeza de que todo, nuestra invitación a cenar, su aceptación, todo, había sido un disparate. Y pensé que los viejos amigos son cada vez más viejos y cada vez menos amigos.

PD: Eh, burros, que no va por vosotros. Que no sois viejos amigos, solo estáis algo apolillados.

4 Comments:

Blogger arponauta said...

ay, sí :-(

1:40 PM  
Blogger Unknown said...

Quita, ya friego yo.

10:42 AM  
Blogger C. B. said...

Qué viejos y qué gordos y qué aburridos están algunos de esos viejos amigos!

2:29 PM  
Anonymous Siracusa -413 said...

Lo que a usted le pasa con los viejos amigos a mí me pasa con las cosas.

10:00 PM  

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