venerdì, ottobre 24, 2014

Extravagancias interiores

En 1903 Thomas Mann publicó Tonio Kröger, breve novela de carácter autobiográfico en la que se esbozan sus primeros años de formación como escritor. En una escena, el protagonista, el Tonio Kröger del título, charla con su amiga Lizaveta, una jovencita bohemia que se burla de su aspecto poco artístico "con su traje de aristócrata". Y Tonio responde airado:

"¡Déjeme usted en paz con mi vestido de aristócrata! ¿Preferiría verme pasear con una chaqueta de pana raída o un chaleco de seda roja? Cuando uno es artista, ya tiene bastante con sus extravagancias interiores. Por fuera hay que ir bien vestido, ¡diablos!, y comportarse como persona decente!"

Me encantan los clichés despedazados.

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2 Comments:

Anonymous andresrubio68 said...

Dicen que Buñuel, uno de los artistas más incendiarios de su época, era igual, pues en sus relaciones sociales era formal y cumplidor.como ya se lanzaba al abismo con sus obras, no le quedaba temeridad para otras facetas de su vida.
Un saludo

8:26 PM  
Blogger Unknown said...

Tu Mención a Thomas Mann me resulta sugerente; sucede que apenas ayer acabo de finalizar su obra conspicua "Los Buddenbroock", por la que recibiere, en su momento, el afanado nobel en 1929. Por añadidura, aún se pasean en mi retina aquellas anécdotas de singular apariencia a las que aquí refieres...una de mis favoritas es la sorprendente, ridícula y absurda muerte de Thomas Buddenbrook, casi al final de la novela:

- De una muela. El senador Buddenbrook ha muerto de una muela - decíace por la ciudad. Pero, ¡diablos!, por una muela no se muere nadie.
El señor Brecht le había roto la corona, después sintió un dolor, y luego, en la calle, sencillamente, se desplomó. ¿Oyóse nunca cosa semejante?...

11:01 PM  

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